Me encantan las nuevas tendencias ecológicas porque van mano a mano con el bienestar…pero pensándolo bien, estas nuevas tendencias ecológicas son más viejas que Matusalén.
Creo que la mayoría de nosotros creció en una casa con cisterna, comiendo frutas y verduras libres de químicos, casas fresquitas o calientitas dependiendo de la estación del año, separando basura, casi toda era orgánica….”periódicos y cartones que vendan”, “fierros viejos y latas que vendan” y hasta las sobras de comida eran buscadas por necesitados….. la leche venia en botellas de vidrio que luego cambiaban por llenas o era traída por el lechero. Teníamos refrigerador de gas, pero casi todo se compraba fresco, hoy en día se diría que los pollos y la carne de res eran campeones olímpicos porque eran durísimos, claro los pollos caminaban y las vacas también (puro musculo), lo único que sigue siendo delicioso es el pescado pero hasta de los mariscos hay que tener cuidado.
Caminábamos a muchas partes, a la escuela a la casa de los amigos y jugábamos afuera, sin saberlo hacíamos mucho ejercicio aeróbico tan esencial para un corazón sano.
Lo único que faltaba era un buen tratamiento de aguas residuales, aunque desde hace 15 años en la Hacienda Katanchel se usa uno que es muy barato, sencillo y efectivo.
Las aguas negras y grises caen por gravedad a un decantador, donde se quedan las cosas pesadas no-orgánicas también por gravedad llegan a un bio-digestor y por gravedad llegan a un humedal, el tamaño de este depende de la cantidad de agua que se esté tratando, el humedal lleva 60 cm. de altura de grava para filtrar el agua y sobre esa grave se planta una de 3 clases de plantas que oxigenan el agua filtrada, pueden ser carrizos (Arundo donax), juncos (Typha domingensis ) o mangles (Rhizophora mangle), en teoría si se quiere beber solo hay que ponerle unas gotas de cloro por si las moscas, en la Hacienda no se utiliza para tomar porque como el sifón de salida esta boca arriba se evapora o es usada para regar las plantas de alrededor.
Es interesante estudiar lo de las tendencias porque lo que en otra época parecía una maravilla ahora resulta que es el peor crimen ecológico y terrible para el bienestar físico y en algunos casos mentales, aunque en su tiempo resolvió un problema.
Estoy hablando de la Revolución Verde.
Después de la segunda guerra mundial se empezaron a dar cuenta que estaba habiendo un baby boom, la gran preocupación fue la comida, como se iban a alimentar todos estos bebes que estaban naciendo, científicos empezaron a buscar soluciones, entre ellos, Norman E. Borlaug (americano de Iowa) inventaron y empezaron a usar los famosos fertilizantes, insecticidas y pesticidas, por lo que le gano el premio Nobel de la Paz en 1970.
El resultado fue maravilloso, países que producían pequeñas cantidades de trigo, maíz, algodón (para producir aceite) y granos esenciales se convirtieron en grandes productores, entre ellos México, Yo viví esa revolución y todos estaban verdaderamente entusiasmados, 10 años después cuando sus tierras se empezaron a salinizar y a dejar de producir no importaba cuanto más fertilizante les ponías, fue cuando se dieron cuenta del desastre y aun así se continúan usando el día de hoy, sin darse cuenta que hasta el manto freático está siendo envenenado.
Por eso es que promuevo tanto, la agricultura orgánica incluyendo las plantas de la casa y nuestros jardines, todo debe cultivarse libre de químicos, para crear nuestro propio bienestar. Si regresamos a lo natural u orgánico tenemos que seguir los ciclos de la luna..….pero eso ya es otra historia.
Saludos desde la selva del Yucatán!!!
(publicado en Casas&Gentes, Octubre 2010).
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